Revolución, Música y Resistencia: De los Corridos de Zapata al Punk que No Calla

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Es 20 de noviembre, el 114 aniversario de la Revolución Mexicana. Y si algo nos enseñó ese movimiento histórico es que las revoluciones tienen banda sonora mi Compa. Durante la Revolución, cuando los ecos de las batallas retumbaban en cada pueblo, se hicieron populares los famosos corridos, esos cantos que no solo narraban hazañas de héroes como Pancho Villa y Emiliano Zapata (que no fueron los únicos héroes), sino que motivaban a los soldados, generaban identidad y hacían que la gente tomara postura. Eran el Twitter de aquellos tiempos, se transmitían de boca en boca, de rancho en rancho, contando las hazañas del Centauro del Norte y del Caudillo del Sur.

Para la banda de clase baja y aquellos que no sabían leer ni escribir, los corridos eran la voz de los grandes líderes. Ahí, en cada nota de guitarra y en cada letra de resistencia, los corridos se convertían en algo más: eran el eco de la resistencia y la celebración. Así, entre balas y acordes, Villa y Zapata no solo eran nombres de héroes; eran leyendas de la cultura popular que inspiraban a los suyos a seguir luchando. La música, lejos de ser solo entretenimiento, era un arma en las trincheras de la Revolución.

Aquí voy a hacer un pequeño paréntesis, por el tema del artículo, quise complementarlo con las poderosas ilustraciones del artista mexicano Sergio Sánchez Santamaria, un maestro del grabado que captura la esencia de la Revolución Mexicana. Sus obras, con trazos llenos de fuerza y autenticidad, reflejan la lucha, la resistencia y el espíritu revolucionario, además me laten un chingo y pues bien, sigamos.

El Legado Revolucionario en el Rock y la Música Contemporánea

Pero ¿qué pasó con ese espíritu de lucha y rebeldía? No se fue a ningún lado raza. Hoy, el eco de la Revolución Mexicana sigue en el aire, pero con guitarras eléctricas y baterías retumbando. Bandas como Rage Against the Machine, que tomaron la influencia revolucionaria de Zapata y la convirtieron en poderosas rolas como People of the Sun y Zapata’s Blood, le hablan a una generación que sigue alzando el puño. No es coincidencia que el rock y sus ramas rebeldes—el punk y el reggae—hayan adoptado esa esencia de resistencia y lucha. Desde los barrios de Kingston hasta las calles de Londres y de ahí al underground latinoamericano, estos géneros se convirtieron en trincheras de lucha.

Con el punk y el reggae, la música dejó de ser solo un sonido y se convirtió en un grito de guerra. Son los géneros que le patean la cara a la conformidad, que cuestionan al sistema y que invitan a quienes los escuchan a nunca bajar la guardia. Y aunque el punk va con más rabia y el reggae con más calma, ambos comparten la misma misión: gritar por justicia, por libertad, por la dignidad.

El Punk y el Reggae Latino: Inspiración Directa de la Revolución Mexicana

El espíritu de la Revolución Mexicana no se quedó en el pasado ni se limitó a las fronteras de México. Hoy, el rock latinoamericano también resuena con ese mensaje de lucha. Bandas como Tijuana No!, Maldita Vecindad y Panteón Rococó combinaron rock, ska y punk para hablar de la vida real en las calles, de la pobreza, la represión y el abuso de poder. Son las voces de una generación que no se queda callada y que, al igual que los revolucionarios de 1910, tienen claro que la lucha sigue en pie.

Y claro, no solo los gringos como Rage Against the Machine se inspiran en nuestra Revolución. En la escena del rock nacional e internacional, la historia mexicana sigue siendo la musa que da vida a canciones que nos retumban en el pecho y nos recuerdan de dónde venimos. Ahí esta Brujería con División del Norte, rindiendo tributo a Villa y su tropa; Maldita Vecindad con El Barzón, que refleja la resistencia campesina; y Adelita, la mujer revolucionaria hecha canción, reinterpretada por Todos Tus Muertos. ¡Hasta el ska se suma con Zapata Bo Pha de Salón Victoria! ¿Y qué tal Iron Bastards con su temazo Pancho Villa? Cada rola, cada riff, es un homenaje a la resistencia que corre por nuestras venas.

¡Nunca Dejemos de Luchar!

La historia se sigue contando y la música sigue siendo nuestra bandera. Así que, raza, no dejen que les bajen el volumen ni que les quiten la guitarra. Sigamos alzando la voz como aquellos revolucionarios que cantaban a Villa y a Zapata. Porque la vida es un mosh, la lucha es nuestra música y el escenario, el mundo. No bajen el puño. No dejen de rebelarse. La resistencia sigue, y nuestra revolución, con sus liras y sus letras, apenas está empezando.

¡Salud y revolución, compañeros!


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