Los Wornaut: Punk rock de San Luis Potosí que resiste con “Un vato muy acá”

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El ensayo, la esquina y la catarsis de una banda legendaria

La tarde huele a amplificadores encendidos, a cables desenredados y a ese polvo viejo que siempre acompaña a los ensayos de una banda de punk rock. Entre risas, bermudas, Vans gastados y gorras, Los Wornaut se acomodan como si la vida nunca hubiera cambiado. El Capi, Tito y Araña bromean mientras ajustan sus instrumentos. San Luis Potosí no es fácil para el rock, pero ellos siguen aquí. Resistiendo, transformándose, gritando. Porque aunque las alineaciones cambien, el espíritu no se rinde.

“Si Los Wornaut fueran un personaje de película”, dicen entre carcajadas, “seríamos como un Homero Simpson punketón… un don del barrio con bermudas, calcetas del mercadito y gorra, pero todavía pensando como si tuvieras 18 años”. Esa imagen resume la esencia: un espíritu juvenil que se niega a apagarse, aunque el cuerpo y la vida ya exijan otras cosas.

Los Wornaut
Los Wornaut

San Luis Potosí: centro de operaciones y batalla constante

Hablar de Los Wornaut es hablar de resistencia en San Luis Potosí. Aunque la ciudad no siempre responde como ellos quisieran, se ha convertido en el centro de operaciones de la banda. “Aquí crecimos, aquí vivimos”, dicen. Pero no dudan en señalar la paradoja: “En otros estados la raza siempre responde mejor que en San Luis. Aquí a veces ni gratis se llena un toquín”.

La banda reconoce que la escena potosina está saturada de propuestas, bares y foros que dividen al público. Sin embargo, lo asumen con ironía y crudeza: Los Wornaut no se han ido por “obligaciones” más que por ganas de quedarse. La ciudad se ha convertido en esa esquina punk que los mantiene unidos, aunque sepan que el ruido siempre retumba más fuerte fuera de casa.


“Un vato muy acá”: una crítica al mainstream bélico

El nuevo sencillo, “Un vato muy acá”, no nació de la nada. Se alimenta de la observación crítica de lo que hoy inunda el mainstream mexicano: la cultura bélica. “Ese vato muy acá es un personaje que refleja al güey que trae la mariconera, la escuadra, la gorra… y que piensa que eso es lo chido porque lo escuchó en una rola. Algunos lo copian en la realidad y hasta creen que es moda ser delincuente”.

No se trata de moralina, sino de una radiografía del absurdo. Los Wornaut miran cómo la música que glorifica el crimen se convierte en modelo aspiracional para muchos. “La rola también es ambigua”, explican, “porque queremos que cada quien le dé su interpretación. Puede ser para el morro que pelea con su jefe, para el compa que no quiere ser manipulado, o simplemente para quien no se deja lavar la cabeza”.

Con esta canción, la banda no solo entrega un riff poderoso: lanza una botella al mar con un mensaje claro. Punk rock como espejo, como resistencia.


De cuarteto a power trío: el cambio en el ADN de Los Wornaut

La salida de Peter, antiguo vocal y guitarrista, fue uno de los momentos más duros de la historia de la banda. Pero también una oportunidad para reinventarse. “El sonido cambió porque tuvimos que armar pedales, distorsiones y carritos para darle más cuerpo”, dice Tito. Hoy son un power trío, y la dinámica los obliga a llenar más espacio, a reinventar cada canción, a reestructurar desde la raíz.

Lo que no cambió fue el ADN: la manera en que escriben canciones, los mensajes, el espíritu contestatario. “Las letras siguen siendo las mismas: hablar de la vida, de ser Godín, de no querer rendirse”. El cambio fue una prueba de fuego, pero también un recordatorio de que el punk no se trata de fórmulas, sino de seguir gritando aunque seamos menos en la trinchera.


Momentos punk de sobrevivencia: el día que casi se acaba todo

Cuando Peter dejó la banda, la pregunta fue inevitable: ¿seguimos o no? “Fue el momento más punk de sobrevivencia”, recuerdan. “El frontman se fue y todo se tambaleó. Ahí piensas en todos los toquines: en el Alicia, en Las Vegas, en el Rocka, en el tianguis cultural de Guadalajara… y sientes que todo se puede desmoronar”.

Pero la respuesta fue seguir. No desde el ego de sentirse héroes, sino desde la convicción de que el proyecto no dependía de una sola persona. Esa es la marca de Los Wornaut: adaptarse, resistir y nunca dejar que una baja sea el final.


Ensayos, catarsis y amistad: la verdadera gasolina

El ensayo no es solo práctica: es terapia. “Es una bóveda de escape”, dicen, mientras Araña golpea la batería con más fuerza de la que parece necesaria. Tito sonríe: “Es donde saco todo lo que traigo en la semana”. El Capi completa: “Esto no lo hacemos por fama, lo hacemos por nosotros. Es catarsis, es amistad, es sentirnos libres”.

Entre riffs y anécdotas, queda claro que Los Wornaut no tocan para sobrevivir en la industria musical, sino para sobrevivir a la vida misma. Esa decisión consciente —de seguir tocando para ellos antes que para los demás— es lo que mantiene viva la chispa. Como dicen: “Aquí seguimos”. Y no es eslogan: es una declaración de principios y el nombre que lleva su próxima producción que se estrena a finales de este año.

los wornaut aquí seguimos
“Aquí Seguimos” es el álbum que estará disponible para finales de este año

El mensaje en la botella: la vigencia de Los Wornaut

“Un vato muy acá” funciona como una botella lanzada al mar. Dentro, un mensaje contundente: no te dejes manipular, no copies lo que otros venden como moda. “Queremos que la banda que lo escuche saque su propia interpretación. Que cada quien vea quién es ese vato muy acá en su vida. Al final, el punk se trata de pensar por ti mismo”.

Con más de dos décadas de historia, cambios de alineación, discos, bajones y resurrecciones, Los Wornaut siguen siendo ese Homero Simpson punketón: un don del barrio que se niega a dejar de usar bermudas y Vans, aunque la vida le grite lo contrario. Y ahí está su poder: resistir, hacer ruido, seguir vivos. Porque el punk no se mide en modas, se mide en aguante.


Conclusión: Punk rock sin concesiones

Los Wornaut son prueba viviente de que el punk rock no envejece, solo muta. Desde San Luis Potosí, con un sencillo como “Un vato muy acá”, demuestran que el ruido, la catarsis y la amistad son más fuertes que cualquier moda bélica o mainstream. La banda sigue siendo la esquina donde la sociedad no voltea, pero donde ellos encuentran libertad.

En un mundo de likes y reproducciones fugaces, Los Wornaut apuestan por lo eterno: riffs honestos, letras directas y una hermandad que resiste a todo. Punk en estado puro.

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